El análisis de resultados es la parte final y conclusiva de una investigación; en él vamos a procesar toda la información que ha ido apareciendo en nuestro estudio, a intentar presentarla de manera ordenada y comprensible y a intentar llegar a las conclusiones que estos datos originan.
Para ello deberemos eliminar datos innecesarios y transformar los datos a utilizar para poder analizarlos de manera conjunta y sistemática y conseguir que toda la información obtenida en nuestro estudio sea información útil que nos lleve a conclusiones avaladas por dicha información y a la orientación en la toma de decisiones.
Esta transformación de la información de manera estructurada es ya, por si sola, un primer análisis de dicha información encontrada en nuestro estudio a la que, como veremos, seguirá su interpretación lógica y encontrar las conclusiones a que nos lleven.
Una vez recogida, registrada y organizada la información del trabajo de campo, procede ahora ver si nuestros planteamientos teóricos son soportados con los datos empíricos. Esto se realiza mediante dos tareas íntimamente ligadas: el análisis y la interpretación de resultados.
El análisis consiste básicamente en dar respuesta a los objetivos o hipótesis planteados a partir de las mediciones efectuadas y los datos resultantes. Para plantear el análisis es conveniente plantear un plan de análisis o lo que se conoce como un plan de explotación de datos. En él se suele detallar de manera flexible cómo vamos a proceder al enfrentarnos a los datos, cuáles serán las principales líneas de análisis, qué orden vamos a seguir, y qué tipo de pruebas o técnicas de análisis aplicaremos sobre los datos. Dependiendo del tipo de estudio que sea el análisis de resultados puede ser de dos tipos: cualitativo o cuantitativo.
Análisis de información cualitativo
El problema a que nos enfrentamos muy a menudo es que, si realizamos un estudio lo bastante amplio, nos enfrentaremos a una masa abundante de datos cuya lectura e interpretación puede ser farragosa, dificultosa y producir cansancio. Para realizar el análisis debemos, por ello, transformar todos los datos obtenidos en el estudio en información aprehensible, si hemos obtenido grandes cantidades de datos deberemos reducirlos a unidades elementales que tengan un significado propio y que puedan ser comprendidas y analizadas con más facilidad.
Para poder hacerlo será necesario clasificar los datos, según la naturaleza de cada uno, estructurándolos por cada tipo y agrupándolos y, al final, presentándolos de manera que sinteticen toda la información obtenida. A continuación procederemos a interpretar toda la información que nos ofrecen esos datos, a sacar conclusiones y realizar propuestas concretas, en su caso.
Estas conclusiones que, como no puede ser de otra manera, van a hacerse desde el punto de vista del analista que realiza el estudio, deberían tener en cuenta otro tipo de información exterior al propio estudio como estudios anteriores comparando resultados con los de otras investigaciones y otros investigadores. En este punto de las conclusiones debemos intentar evitar repetir o volver a exponer toda la información que ya hemos expuesto, sintetizada, se trata de analizarlos utilizando la lógica.
Análisis de información cuantitativo
Al igual que nos ocurría con el análisis cualitativo, comenzamos el análisis con una caterva abundante de datos que no es fácil de abarcar para el lector; existirán, en este caso, un gran número de datos económicos que pueden no ser totalmente equiparables, pueden existir datos duplicados o datos que no tengan relevancia alguna para nuestra investigación por lo que, primero de todo, deberemos realizar una depuración de ellos.
A continuación debemos eliminar los datos que estén excesivamente alejados de la gran mayoría de los datos obtenidos; para el análisis estadístico de esta información los datos muy fuera del promedio de los datos obtenidos distorsionan el análisis y lo hacen poco creíble. Debemos escoger los métodos estadísticos que mejor se adecuen al objeto y necesidades de nuestro estudio; a tal efecto existen dos tipos de herramientas estadísticas:
Estadística descriptiva sirve para presentar la información que nos dan los datos de manera comprensible y obtener los parámetros que se deducen de ellos. Estadística inferencial llega a conclusiones a partir de muestras suficientemente significativas; nos lleva a inferir (de ahí su nombre) las consecuencias y significado que tienen los datos expuestos mientras que la anterior se limitaba a exponerlos.
La herramienta estadística que apliquemos nos proporcionará la información buscada (tendencias, porcentajes, resultados) con la que ya podemos realizar el análisis propiamente dicho en el que, al igual que en el caso anterior, deberemos elaborar y exponer las conclusiones que se deriven de esa información y realizar las comparaciones que sean procedentes con anteriores realidades, anteriores estudios o con otros análisis ajenos al nuestro.
Éste es el paso más importante del estudio, no podemos limitarnos a exponer la información ni los resultados de los análisis estadísticos sino que debemos encontrar un sentido a esa realidad que nos aporte información de qué, de por qué, de cómo y que nos permita la toma de decisiones a la que el estudio suele estar dedicada.
La interpretación, a diferencia del análisis, tiene un componente más intelectual y una función explicativa. Su misión es buscar un significado al resultado del análisis mediante su relación con todo aquello que conocemos sobre el problema, de manera que aportamos una significación sociológica, estadísticos y contables a los hallazgos encontrados en el análisis, confirmando, modificando o realizando nuevos aportes a la teoría previa sobre ese problema.
Interpretación de los resultados.
El objetivo de la interpretación es buscar un significado más amplio a las respuestas mediante su trabazón con otros conocimientos disponibles. Ambos propósitos, por supuesto, presiden la totalidad del proceso de investigación, todas las fases precedentes han sido tomadas y ordenadas para hacer posible la realización de estos dos últimos momentos.
Este aspecto del proceso se realiza confrontando los resultados del análisis de los datos con las hipótesis formuladas y relacionando dichos resultados con la teoría y los procedimientos de la investigación. Cuando el plan de la investigación ha sido cuidadosamente elaborado y las hipótesis formuladas en términos adecuados para una observación confiable, los resultados obtenidos son interpretados fácilmente.
De todos modos, la interpretación debe limitarse al sistema de variables considerado para cada hipótesis, pues sólo éstas cuentan con el fundamento teórico para la interpretación.
Interpretación de resultados positivos respecto a las hipótesis formuladas.
Cuando los resultados obtenidos permiten la verificación de las hipótesis, se debe cuidar que la interpretación no exceda a la información que aportan los datos. Además, es importante considerar las exigencias de validez interna y las limitaciones que se han presentado durante el proceso de investigación. Es necesario señalar los factores que no fueron controlados y que pudieron afectar los resultados. También, es conveniente relacionar los resultados obtenidos, con los logrados en otros estudios sobre el mismo problema de investigación.
Debe manejarse con prudencia los valores obtenidos con el análisis estadístico, pues no siempre la significación estadística de los resultados garantiza que éstos sean realmente importantes (Ary, 1982).
Interpretación de los resultados negativos respecto a las \hipótesis formuladas.
Cuando los resultados no confirman las hipótesis, el investigador, debe, sin embargo, aceptarlos como tales, puesto que en esa condición tendrán su propio significado y valor.
La interpretación en el caso de la investigación cualitativa.
En el caso de la investigación operativa, puente entre la acción educativa y la investigación pedagógica o protagónica, recogidos los datos, se procede a su estudio, análisis y clasificación. De este modo surgen, necesariamente, algunas ideas acerca del mejor procedimiento para resolver el problema o al menos para planear un estudio más profundo que ayude a resolverlo. Sobre estos datos e ideas se formula una hipótesis; pero esta hipótesis es siempre una actividad, un plan de acción escolar o educativo, que ha de llevarse a efecto en las condiciones ordinarias de las instituciones educativas sometidas a control tan riguroso como sea posible. No se trata, pues, de una prueba aislada y esterilizada dentro del hacer educativo, es la acción de la propia institución que somete a observación sistemática su propia actividad para perfeccionarla.
Los resultados de esta acción investigadora, o, si se quiere, de esta investigación activa, son siempre normas operacionales, principios de acción inmediatamente aplicables, a la tarea ordinaria de la organización de la cual ha surgido. Estas normas operacionales deberán ser expresadas en los mismos términos que normalmente se emplean para aludir a la actividad correspondiente.
Todo este proceso es llevado a efecto mientras se desarrolla el trabajo educativo normal, como una parte del mismo, o, mejor aún, incardinado en él, formando un todo con la situación que se estudia. En ello estriba el carácter esencial de la "investigación por la acción", rúbrica quizá excesivamente pretenciosa para una realidad que debe ser cotidiana.
Cabe recordar que:
Los datos recogidos para una investigación tienen poco significado si no se les ordena o clasifica siguiendo algún sistema. Además, es la única forma de poder realizar el análisis e interpretación de los datos en forma adecuada y con economía de tiempo y esfuerzo.
La tabulación, como técnica, consiste en ordenar y situar los datos en tablas.
En cambio, si se ordenan los puntajes en una distribución de frecuencias se puede examinar la configuración general y determinar las formas de distribución de los puntajes y su significado.
En la tabulación de los datos un concepto básico es el de frecuencia, es decir el número de casos que poseen una característica determinada.
La distribución de frecuencias se realiza estableciendo un determinado número de intervalos de clase en los cuales se marcan las puntuaciones. (En estadística existen principios para determinar el número de intervalos y la amplitud de éstos.)
Después que se han anotado todas las puntuaciones se cuentan las marcas para hallar la frecuencia o número de casos que corresponde a cada intervalo. La suma de todas las frecuencias es igual al número de casos estudiados.
Cuando el plan de investigación considera la utilización de métodos estadísticos, es posible elaborar los esquemas tentativos de las tablas antes de la recogida de los datos; el objetivo es conocer, anticipadamente, los tipos de datos que se necesitarán para elaborar las tablas y comprobar si los instrumentos a utilizar aportarán los datos que se requiera. En este caso, se debe conceder atención al tamaño de los intervalos, los cuales deben guardar relación con los instrumentos a utilizarse en la recogida de datos.
Encinas (1993) sostiene que los procedimientos analíticos del modelo etnográfico difieren de los empleados en la mayoría de los diseños de investigación. El análisis no se realiza en una etapa posterior a la recogida de datos, sino durante todo el estudio, simultáneamente.
Lacey (1976) considera que los resultados obtenidos en esta forma se 'distorsionan enormemente' debido a las limitaciones de los datos iniciales. Por muy cuidadoso que sea el proceso de recogida de datos y aún cuando permita definir y caracterizar una población, los datos obtenidos aportan una información empírica que, en la mayoría de los casos, obliga a modificar las decisiones adoptadas. Además, el análisis de los datos requiere de la clasificación y categorización que son, obviamente, procesos posteriores a la obtención de los datos.
Atendiendo a estas consideraciones, Woods (1989) propone ligar los datos lo más estrechamente que sea posible, a través de la triangulación, de la intensificación, la interacción o cualquier otra técnica, para así lograr una información consistente.
Como técnicas de análisis los etnógrafos emplean la teorización, la selección secuencias y los procedimientos analíticos generales.
"La teorización es un largo proceso cognitivo que se inicia -a partir de la información recogida- con la abstracción, comparación, aplicación de experiencias pasadas y solución de problemas hasta llegar a la configuración de ideas."
Al iniciar un estudio, el etnógrafo registra todo aquello que puede ser interesante; pero a medida que logra un conocimiento en profundidad, limita la extensión de su ámbito hasta llegar a determinar unidades de análisis, sobre la base de categorías conceptuales; en forma tal, que logra datos y constructos relacionados entre sí, lo que le permite formular hipótesis respecto a la validez de las relaciones establecidas. Como se observa, la recogida de datos y su análisis son aspectos interactivos e interdependientes.
La selección secuencias es un proceso abierto en el cual a medida que avanza la investigación se determinan, definen y analizan nuevos subconjuntos de sujetos, objetos o hechos de interés específico para el investigador, lo que permite el desarrollo y afirmación de constructos y teorías o la eliminación de constructos, hipótesis o teorías contradictorios. Es obvio que para proceder a la selección secuencias es preciso contar con suficientes datos que permitan el análisis.
Los procedimientos analíticos generales comprenden una serie de estrategias tales como: la inducción analítica y las comparaciones constantes, las cuales siguen procesos inductivos para la elaboración de la teoría; los protocolos observacionales estandarizados, los que utilizando la vía deductivo permiten organizar los datos cuantitativos y verificar proposiciones; los análisis tipológicos y enumerativos que pueden utilizarse para diversos fines. Todas estas técnicas pueden emplearse en un mismo estudio ya que no son excluyentes.
Los procesos inferenciales que emplean los etnógrafos se diferencian de los correspondientes a otros diseños, fundamentalmente, por el momento o etapa en que se realizan; en algunos estudios desde el análisis de los datos al contrastarlos con los marcos teóricos, porque las injerencias tratan de explicar los fenómenos y sobre todo las relaciones observadas en el grupo estudiado debido a que pueden conducir a modificaciones del marco teórico y de las hipótesis.
Generalmente los etnógrafos utilizan inferencias lógicas inductivas y secuenciales, sobre la base de los datos provenientes del trabajo de campo y de otras fuentes, lo que, en su concepto, les permite asegurar la validez interna del estudio. En estas condiciones la validez externa de la investigación es limitada, pues precisan de otros estudios realizados y que comparativamente sean semejantes, para establecer relaciones y llegar a conclusiones consistentes.
Los resultados de un estudio científico, señala Travers (1971), deben presentarse habitualmente en una tabla con algunas observaciones explicativas. Pero puesto que muchos estudios sobre educación no se aproximan a los estándares ideales, este método de exposición no siempre se puede lograr. Debe distinguirse entre los resultados del estudio y la interpretación de éstos.
"Resultados" significa habitualmente los datos resumidos y el test aplicado para determinar si éstos son o no coherentes con la hipótesis que están destinados a verificar. En investigación educacional debe aplicarse por lo común algún test de significación a los datos, para verificar la hipótesis. Generalmente se describe este test en la sección de resultados del informe. Esa sección debe describir también cualesquiera eventos especiales o inesperados que hayan ocurrido durante la experimentación. También debe examinarse en esta sección el tratamiento de las cifras faltantes.
En la medida de lo posible, la tabla o tablas que presentan los resultados de un estudio deben explicarse por sí mismas y no requerir una extensa lectura del texto para ser interpretadas. En cambio, el material del texto debe señalar los aspectos importantes de los datos y atraer la atención hacia la pertinencia de los resultados.
Es siempre cuestión de criterio establecer cuántos datos tabulados deben presentarse. Por regla general, sólo hay que incluir las estadísticas que resulten cruciales para la verificación de una hipótesis. Es raro que datos primarios detallados encuentren lugar en un informe de investigación, excepto cuando son de interés tan poco común que su reproducción favorece decididamente a la ciencia.
Un error muy habitual en la presentación de los resultados es la división de éstos en demasiadas tablas separadas. Muchos informes de investigación pueden mejorarse fusionando las tablas en unidades mayores.
Travers comenta el problema de la actitud a tomar con los experimentos que no arrojan nada que pueda considerarse ordinariamente como resultado sobre el que hay que informar. No se refiere a los que arrojan resultados negativos, sobre los que se puede informar generalmente mediante los procedimientos ya examinados, sino a los experimentos que no pudieron llegar, debido a alguna dificultad técnica, a su adecuada conclusión.